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Blog de Candás

Leyendas / Curiosidades

Cinco Ideas Interesantes Sobre mi Investigación

Cinco Ideas Interesantes Sobre mi Investigación

SorprendidoCandás es una villa Asturiana situada en la zona del Cabo Peñas. Es la capital del concejo de Carreño. Limita con Gozón, Gijón , Corvera y el mar Cantábrico.

SorprendidoTiene sus propias leyendas, como la del Pleito de los Delfines y la del Cristo de Candás.

SorprendidoHace muchos años los delfines les comían las redes a los pescadores y entonces les hicieron un pleito a los delfines. El juez acordó que tenían que abandonar las Costas de Candás.

SorprendidoUnos pescadores candasinos encontraron un Cristo flotando cuando pescaban ballenas en las Costas de Irlanda y lo trajeron a Candás entre las redes de su pesquero.

SorprendidoEl Cristo estuvo en la capilla del Hospital de Santiago, luego en el altar mayor de la Iglesia y por último le construyeron un camarín, que es donde se encuentra actualmente.

EL PLEITO DE LOS DELFINES

EL PLEITO DE LOS DELFINES La Leyenda del Pleito de Los Delfines siempre nos ha parecido muy interesante y hemos copiado del libro “NOTICIAS HISTÓRICAS DEL CONCEJO DE CARREÑO” de Mariano Busto y Bernardo García, el relato de esta leyenda.

El pleito de los Delfines

El famoso pleito de “Los Delfines”, que cita el Señor Posada, ha sido como sigue, según cuenta el Señor González Dávila: “ El año 1616 se querellaron los pescadores de los puertos y playas más vecinos de la ciudad de Oviedo, diciendo que los Delfines de aquellos mares les rompían las redes, con que les quitaban el sustento de sus personas y casas; el que puso la demanda fue el licenciado Andrés García Valdés, cura de la Villa de Candás, el Obispo, que era don Martín Manso, hijo de Oñate, en el Obispado de Calahorra, mandó que se diesen las censuras contra ellos, nombrado por abogado al doctor don Juan García Arias de Viñuelas, y contra ellos al doctor don Martín Vázquez, catedrático de prima de Cánones en la Universidad de Oviedo y que se las intimasen en mar alta; así se hizo, y entrando en un barco acompañado de un notario y de los que habían de ser testigos de todo, el muy reverendo padre Maestro Fray Jacinto de Tineo, de la Orden de Santo Domingo y catedrático de la Universidad de Oviedo, mando al notario, en virtud de las veces que llevaba el Obispo, leyese las censuras en voz alta, notificándoles a los Delfines y mandándoles se apartasen de aquellos mares y no volviesen a ellos; y desde aquel día hasta los nuestros no se han visto en puertos, playas ni costas”.